A las enfermedades del corazón se les llama cardiopatías y se les ha clasificado en dos grandes grupos: 

1.Congénitas:  las que el bebé adquiere desde antes del nacimiento.  Se expresan días o meses después del nacimiento, aunque en la actualidad pueden diagnosticarse incluso “in útero” por medio de ultrasonidos fetales.

2.Adquiridas: las que se adquieren en el curso de la vida posterior al nacimiento, muchas veces secundarias a otra enfermedad no cardiaca (fiebre reumática, infecciones de vías respiratorias severas, insuficiencia renal e hipertensión arterial, por mencionar algunas).

Las cardiopatías congénitas se presentan hasta en 1 de cada 100 recién nacidos. Cuando el problema cardíaco es diagnosticado y tratado a tiempo, en más del 80% de los casos el tratamiento es exitoso y el paciente puede tener una vida prácticamente normal.

Las cardiopatías adquiridas, en general, dependen más de la causa que las originó y la profundidad del daño que ésta pudo hacer en el corazón.  Lo habitual es que resolviendo la causa podamos recuperar la función normal del corazón.  Sin embargo pueden quedar secuelas.

La ventaja de las enfermedades adquiridas es que con frecuencia son prevenibles. Por supuesto, un paciente con una enfermedad congénita, puede adquirir otra cardiopatía a lo largo de su vida.